lunes, 28 de octubre de 2013

De dientes y vacunas


                   


En este post quiero hablar de lo que más nos ha ocupado las últimas semanas.
Ya tenemos cinco dientes!
El sexto, aunque amenaza desde hace semanas con asomar no termina de decidirse y provoca con cada empujón subidas de temperatura, granitos y rojeces cutáneas además de molestos dolores de encías. Esto último más lo intuyo que lo sé.
El caso es que desde el décimo mes de vida hasta ahora (13 meses) no salimos de unas fiebres para entrar en otras.
Por otro lado no paramos de vacunar, casi cada mes, y también esto deja sus huellas en el organismo de mi bebé, que es de lo que sin duda se trata. Pero a menudo sus efectos secundarios provocan de nuevo más fiebres y más rojeces. Nos vendría bien un pequeño respiro.
No obstante, tengo que decir que no soy para nada contraria a este tema. Es cierto que a nuestros hijos los vacunan sin ton ni son, pero pensar qué pudieran ser fácilmente víctimas de una meningitis, paperas o incluso una difteria me quitan las ganas de no vacunar.
A menudo estas enfermedades son demasiado peligrosas o sus síntomas posteriores y me consuela pensar que estoy protegiendo como puedo a mi hijo. Especialmente después de que gracias a que otros padres decidan no vacunar a sus hijos, el mío tenga más riesgo de contagiarse con una de estas enfermedades.
Hace poco leía un artículo que hablaba de las enfermedades ya casi olvidadas desde épocas antiguas que poco a poco van volviendo pues sin vacuna encuentran poca resistencia en los pequeños organismos de nuestros hijos. En fin, yo respeto la decisión de otros padres sobre este tema pero personalmente no quiero correr el riesgo.
Pero volviendo a los dientes, como puede ser que con sólo cinco dientes queramos comer lo mismo que papá y mamá que tienen una (más o menos) estupenda dentadura completa ?
Así ocurre, que lo que no pueden triturar esas encías rojitas acaba atascandose en la garganta para horror de los papás. En fin, que soy una madre normal pero, tal vez por primeriza, un poco demasiado prudente con estas cosas.
Para consuelo mío y de otras mamás primerizas que pudieran leer este post, vuestros comentarios de mamás experimentadas son más que bienvenidos.