viernes, 29 de marzo de 2013

We are family

Después de muchas cacas y pises limpiados, mocos quitados, babas secadas, biberones dados y alguna que otra noche en vela, creo que se puede decir que hemos pasado nuestro primer examen práctico como papás primerizos sin mayores dramas ni catástrofes.
Mirando hacia atrás siempre encontraremos cosas que hubiéramos hecho de otra forma, de haberlo sabido mejor... como por ejemplo haber dado antes el biberón pues no lloraba el bebé de gases sino de hambre con mi escasa leche materna, o como haberle quitado esa costra horrible que le iba saliendo poco a poco en la cabecita y que tanto nos dijeron que no había que quitar, para al final no tener más remedio que rascarla sacrificando así su primer pelito...
Por suerte me parecen más nimiedades dignas de no saber hacerlo mejor que problemas sin solución que hubieran podido dejar alguna huella en el desarrollo del bebé.
Hace dos días Julian cruzó la barrera del medio año y mi marido y yo lo veíamos jugar y nos parecía aún mentira verle ahí, sano y alegre. Este pequeño ser salió de mi vientre! Qué increíble!

Julian va mostrando poco a poco su personalidad... ese genio y las ganas de cachondeo por las noches, los ha heredado de su madre... y esa cabecilla dura seguro que la ha sacado de su padre... o será al revés?
Lo cierto es que no reconozco a la "sangre de mi sangre" como un calco de ninguno de nosotros sino que es un pequeño personaje con su forma de ser que va creciendo poco a poco y aprendiendo a pasos agigantados.

En estos momentos de tranquilidad que Julian me concede (cada vez más escasamente) me paro a recapacitar y me doy cuenta que la ma(pa)ternidad es algo increíble y una suerte poder vivirlo al menos una vez en la vida.

Y si... ya me va entrando en la cabeza. Somos una pequeña familia <3

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejadme vuestros comentarios...