martes, 8 de enero de 2013

Curso de masajes para bebés

Dia1

Hoy es la primera vez que tengo una cita junto con Julian y a la que acudiré sin la ayuda de mi marido.
Ya me parece difícil coordinar las tomas de biberones y los cambios de pañales para que no me coincidan con la entrada al curso ni el trayecto en coche, pero no sólo tengo que lidiar con eso, sino con la bolsa llena de todo lo necesario de una escapada con mi bebé, más mi propio bolso (tengo que comprarme un bolso más pequeño donde quepan más cosas...), más seis kilos de bebé metido en el portabebés.
Una vez junto al coche ( he debido ejercitar los más de 1200 músculos que dicen que tenemos. Esto es mejor que nordic walking!) me las veo y me las deseo para poner el portabebés en la posición correcta sin arañar el asiento de cuero del coche y abrochar el maldito cinturón que claro está, no sale completamente cuando tienes prisa pues tiras demasiado rápido con los nervios y es contraproducente. Vale. Niño atado, bolsas dentro, allá vamos!
En mitad del camino oigo a Julian atragantarse. No le veo pues el portabebés según las instrucciones debe ir mirando para atrás porque tengo un airbag. Joder! Tengo que comprarme un espejo de esos que se ponen atrás para ver al peque. A ver si no se me olvida.
Julian sigue tosiendo... Julian guapo respira!!!! Julian sigue tosiendo... Julian tranquilízate y respira!!!
Julian sigue tosiendo...
Aquí no puedo parar porque no hay arcén, y para colmo de males llevo un tractor delante de mí que va a 40 km/h y en esta curva no puedo adelantar....
Julian por fin respira y se queja por haberse atragantado. Rezo porque no haya vomitado nada y se haya puesto la chaquetilla y el portabebés perdidos.
Por fin llegamos y otra vez... desabrochar el portabebés, coger las bolsas y a Julian y entrar al sitio donde me esperan un montón de madres ya sentaditas con sus respectivos bebés desnuditos y preparados con una sonrisa. La matrona que da el curso me saluda y me dice: que frío! -3 grados!!! Frío???? Yo estoy sudando y sinceramente no estoy para dar ningún masaje sino para que me lo den a mi.
En fin, pasada la odisea debo decir que ha estado bien lo de los masajes. Principalmente hemos masajeado piececitos y piernas. Después el estomaguito y un ejercicio que me ha parecido muy gracioso es con los dedos de ambas manos acariciar suavemente desde la carita hasta los pies pasando suavemente por bracitos y piernas las manos. La matrona ha dicho que con esto hacemos que nuestros bebés tomen conciencia de cada parte de su cuerpo. Y lo más interesante es que tras repetirlo varias veces los bebés movían la parte que en ese momento tocaban nuestras manos. Muy bonito la verdad. Y si conseguías que tu bebé te mirara mientras le dabas estos pequeños masajes daba una sensación muy agradable de conexión entre mamá y bebé.
Ah! Un consejo... Cuidado con la parte del masaje que se hace sin pañal. Llevar siempre una toalla de más y ropa de cambio no sólo para el bebé ; )
Aqui van unas fotos que muestran muy bien algunos de los ejercicios aprendidos.

2 comentarios:

  1. Ufff todavía recuerdo con horror las primeras salidas con Emma a la calle... colocar el capazo en el coche era misión imposible y sólo de pensarlo se me quitaban las ganas de salir, y luego si iba a algún sitio tenia que pensar si cabría el coche por la acera (bueno en mi caso especialmente en el pueblo en que vivía porque prácticamente no había aceras y tenías que ir jugándotela por mitad de la carretera, y las tiendas casi todas tenían mil escaleras para entrar... cómo me acordaba también de los miles de minusválidos que no pueden dejar el "carrito" en casa...), y si conseguías entrar en una tienda que no fuera muy estrecha para poder pasar el dichoso carrito, afortunadamente cuando crecen un poco se puede pasar a la silla de paseo que es una maravilla comparado con el "tanque" anterior...
    Recuerdo una sensación de dependencia del pequeño bichito que llevaba conmigo, porque ya no sólo era tener que llevar el carro y resto de artilugios, sino que en cualquier momento Emma podía ponerse a llorar a grito pelao porque no podía esperar ni un segundo más a comer, así que según comía, salía pitando por la puerta a hacer lo que tuviera que hacer para que nos pillara en casa la próxima toma por dios...
    Pero esa sensación de dependencia va cambiando, y ahora cuando salgo sin ella me dá la impresión de que me falta algo...

    Tania

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  2. Jo que bueno! Yo también me acuerdo de algún paseo con vosotros por el pueblo! Que complicado cuando son tan peques no?

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